¿Qué es?
La piometra es un padecimiento común en perras y gatas no esterilizadas que puede llegar a ser muy grave si no se ataca pronto y de una manera adecuada. Esta enfermedad destaca por la acumulación de pus en el útero, que puede dar lugar a una serie de agravamientos en el animal.
La piometra es causada por una infección bacteriana en el útero. Esta infección puede ocurrir debido a varios factores, incluyendo la edad, la genética y el uso de tratamientos hormonales. En términos generales suele aparecer tras el periodo de celo.
La edad es uno de los principales factores de riesgo para la piometra, en general afecta a mascotas de más de 6 años. Las perras y gatas que han pasado por varios ciclos de celo sin ser esterilizadas son más propensas a desarrollar esta enfermedad.
Otros factores que pueden aumentar el riesgo de piometra incluyen enfermedades previas, como la diabetes y el hipotiroidismo, así como una disminución en la función del sistema inmunológico debido a la edad o enfermedades crónicas.

Cómo se contrae
La gran mayoría de las veces, la piometra en perras y gatas se puede producir por una infección en el último tramo del ciclo del celo en la que una bacteria se introduce en el organismo. Esto produce que los niveles de progesterona se incrementen y se encuentren más elevados de lo normal propiciando un estado anómalo que reduce las contracciones del útero y a produce cambios en el tejido que acabarán induciendo a esta infección.
El motivo principal para que las bacterias lleguen al útero es que cuando el animal se prepara para recibir la monta del macho, estas bacterias aprovechan para escalar el cuerpo de nuestra mascota. Tras este intento fallido de apareamiento y por ende una carencia de óvulo fecundado, el útero se distiende y la mucosa se transforma en el canal perfecto para acumular bacterias.
Otra de las razones para contraer piometra en perras y gatas es el desarrollo de una bacteria que ya se encuentre en la sangre animal de por sí la cual se haya podido ver vulnerada por el uso de hormona que se viesen incluidas en algún tratamiento.
Diagnóstico
Si tienes sospechas o indicios de que tu perra o gata puede estar padeciendo esta enfermedad, deberás acudir a un especialista veterinanio para que examine a tu mascota y concluya si verdaderamente se trata de piometra o ha sido una falsa alarma. Para un diagnóstico completo será necesario realizar una serie de pruebas como ecografías, radiografías o exámenes de sangre y química.
Además se podrá determinar el estado de la matriz, el útero y la extensión o gravedad de la extensión.
Tratamiento
Lo más recomendable cuando se ha confirmado la piometra en perras y gatas es optar por una intervención quirúrgica para extirpar el útero y los ovarios dañados. El tratamiento en cualquier caso dependerá siempre del nivel de afectación de los órganos, los años que reúna nuestra mascota y en términos generales, la salud que tenga. Ante todo, hemos de ser precavidos con la piometra en perras y gatos ya que hay un riesgo de que se produzca un shock séptico.
En la mayoría de las mascotas, después de una estabilización adecuada, la ovariohisterectomía (esterilización) es el tratamiento de elección. Este procedimiento quirúrgico consiste en la retirada de los órganos dañados (útero y ovarios). La cirugía se realiza bajo anestesia general y, aunque es una cirugía mayor, es una elección absolutamente fiable, eficaz y segura para poner fin a la piometra y evitar que pueda volver a aparecer.
En algunos casos muy concretos, se puede optar por un tratamiento médico. Sin embargo, este tratamiento tiene una tasa de éxito limitada y los animales son susceptibles de desarrollar piometra de nuevo.
Si su mascota presenta signos de piometra, es importante buscar atención veterinaria inmediata para prevenir complicaciones graves.
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