Cómo identificarla
En primer lugar, se ve la hiperemia u ojos rojos en el animal. A esta le acompañan las legañas o exudado, que pueden ser transparentes líquidas (seroso), transparente filante (mucoso) o amarillo-verdosas filantes (mucopurulento).
También se pueden presentar folículos o ampollas.
Recuerda que un ojo rojo no implica la existencia de conjuntivitis, sino que podría ser indicador de otros trastornos como glaucoma, úlceras, entropion… Sea cual sea el caso, ¡acude a tu veterinario!
En perros
Podemos encontrar
- Conjuntivitis infecciosa, que puede ser:
- Bacteriana
- Vírica, con moquillo y herpesvirus canino
- O parasitaria. Thelazia, gusano, elichia, leishmania.
- Conjuntivitis no infecciosa, que puede ser alérgica, folicular o conjuntivitis de Ligneo.
En gatos
De forma similar, la conjuntivitis en gatos puede ser
- Infecciosa
- Herpesvirus felino o clamidia
- Mycoplasma
- Calicivirus
- No infecciosa
- Alérgica
Cómo se diagnostica
El diagnóstico consiste de hasta dos fases:
- Una exploración oftalmológica, realizada con un test de fluoresceína para descartar queratitis y úlceras, y un test de Schirmer para medir la producción lagrimal. A veces es necesario tomar una muestra de conjuntiva mediante biopsia o hisopado para lograr identificar el agente infeccioso.
- Una exploración física general, ya que son muchas las enfermedades sistémicas que pueden derivar en conjuntivitis, como estados de inmunosupresión, enfermedades respiratorias, infecciones por parásitos…


Cómo tratarla
La elección del tratamiento para el caso concreto de conjuntivitis de tu mascota dependerá de etiología. Lo más común es recetar un colirio, aunque podría darse el caso de que un tratamiento sistémico fuese necesario.
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