El diente y su anatomía
- Corona: la parte visible del diente
- Esmalte: protege y cubre la corona
- Dentina: tejido intermedio de tono amarillento
- Canal pulpar: canal de tejido blando del interior del diente. Por él discurren vasos sanguíneos y nervios que nutren el resto de tejidos dentales.
- Cuello: límite entre la corona y la raíz
- Cemento: recubrimiento de parte de la raíz formada por tejido duro
- Ligamento periodontal: fibras de colágeno que unen el hueso alveolar a la raíz del diente
- Raíz: parte del diente que se incluye en el hueso alveolar del maxilar
- Hueso alveolar: parte del maxilar donde se encuentra la raíz del diente

Grados de enfermedad periodontal

Grado 1
Se acumulan las bacterias bucales en la superficie dental. Junto con el depósito de la saliva y sus minerales, se forma la placa de sarro o cálculo dental.
El sarro tiene tendencia a acumularse entre la unión del diente y la encía, provocando en ella ua inflamación o gingivitis.
Grado 2
La inflamación se extiende y afecta al hueso alveolar y al ligamento periodontal.
El ligamento periodontal sujeta la raíz al hueso alveolar y, por lo tanto, los dientes sufren movilidad. Si el diente se separa por completo del hueso, se pierde.
La encía se retrae, se inflama y en última instancia se destruye. Lo mismo sucede con el ligamento y el hueso alveolar, de forma que la raíz queda expuesta.
El daño es irreversible.
Grado 3
La pérdida y destrucción de los tejidos de soporte llega al 50%, lo que supone mayor movilidad y exposición de la raíz. Aunque la raíz siga estando protegida por el cemento, este tejido no es tan resistente como el esmalte y está mucho más expuesto a la acción bacteriana.
De nuevo, este daño es irreversible.
Grado 4
El estado ligamento periodontal, afectado o incluso destruido, deja un hueco entre diente y hueso denominado bolsa periodontal, lugar de acumulación de bacterias que puede causar:
- Abscesos: también llamados flemones
- Osteomielitis: llegada de la infección al hueso
- Fístulas oronasales: la destrucción de tejidos ataca al hueso palatino y genera una comunicación entre la cavidad nasal y la oral. De esta forma, la infección llega a la cavidad nasal con consecuencias como estornudos con sangre, congestión nasal y dolor. En el peor escenario, las secreciones purulentas se peden aspirar hacia las vías respiratorias provocando neumonía o la llegada a la circulación sanguínea.
El tratamiento
El tratamiento consiste en una limpieza dental con ultrasonidos y anestesia general. Se monitorizan las constantes vitales del paciente y se mantiene la anestesia con inhalación de gas. La anestesia permite realizar una limpieza completa en la que se examinan todos los dientes.
Quitamos todo el sarro y se estudia cada diente para conocer el grado de afectación y evaluar la posibilidad de extraer piezas dentales o practicar exodoncias más complicadas si fuera necesario.

La exodoncia es necesaria en los siguientes casos
- Dientes supernumerarios
- Maloclusión
- Enfermedad periodontal
- Tumores
- Fracturas y erosiones dentales: en ellas la raíz nerviosa queda expuesta, provocando dolor
Alternativas a la exodoncia
En caso de no querer o no estar recomendado practicar una exodoncia pueden darse otras alternativas, como un tratamiento de ortodoncia, endodoncia, reconstrucciones dentales etc. Aunque sean una posibilidad, su alto coste, la necesidad de odontólogos especialistas y el material requerido hace que no se suelan realizar.
Por otro lado, en muchos casos el único motivo para optar por uno de estos tratamientos es la estética y no provocan un beneficio en la mascota. El estilo de vida de los peludos también las pueden llevar al fracaso. Igualmente, ¡siguen siendo una opción! Así que no dudes en preguntar por ellas en nuestra clínica veterinaria si crees que pueden ser útiles para tu mascota.
Prevención
- Cepillado dental al menos dos o tres veces a la semana
- Uso de sprays
- Juguetes y chuches dentales, siempre siguiendo consejo de expertos
- Piensos adaptados
- Evitar juegos con objetos duros como palos y piedras
Comentarios recientes